Hay personas que son capaces de percibir comunicaciones divinas de esa manera. San José recibió en su lecho la orden de huir a Egipto para salvar la vida del Niño y logró distinguirla con seguridad. Aun así, no olvidemos la categoría de este santo y que fue informado por un ángel.
En la mayoría de casos, los mensajes recogidos mientras dormimos procederán de una fuente muy poco fiable. Como se ha dicho antes, santo Tomás afirmaba que "lo que se representa en sueños se ve con visión imaginaria,...pero es sabido que las apariciones imaginarias provienen a veces en nosotros de la alteración local de ciertos espíritus" [1]. La actividad angélica en esos momentos es con frecuencia desbordante. Recordemos que se trata de las horas bajas de la voluntad, lo que dota a ese estado de un atractivo muy especial para los que quieren influir en ella. No en vano es costumbre arraigada entre muchos cristianos el uso del agua bendita durante la noche. Aunque Dios con su inmensa habilidad nos hable también alguna vez en sueños, en condiciones normales no podemos servirnos con demasiada precisión de este medio.
1 S. TOMÁS DE A., S. Th., I, q. 111, a. 3.
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